Una fragancia que te encanta, pero que desaparece demasiado rápido... Esta es una situación común... que puede explicarse de diferentes maneras.
Su nariz se ha acostumbrado a la fragancia
El fenómeno de habituación, que significa que su olfato se ha acostumbrado a su fragancia, es muy común. Es el resultado de un proceso fisiológico necesario para la supervivencia de la especie. Para saber si este fenómeno es el responsable de la desaparición de tu fragancia, basta con que preguntes a alguien si la huele. Si es así, probablemente sea su nariz la que se ha acostumbrado a su fragancia: usted ya no la huele, a diferencia de los demás.
Nuestro cerebro analiza los distintos olores transmitidos por los receptores olfativos, y una vez que un olor se ha identificado como familiar y seguro, puede bloquearlo. Esto nos permite permanecer alerta y detectar olores inusuales, que pueden ser sinónimo de peligro o alarma. Por eso ya no olemos nuestra casa. Para nuestros lejanos antepasados, era una forma de darse cuenta de la presencia de un intruso en casa (¡como un oso en una cueva!). Lo mismo ocurre con nuestro perfume. El cerebro lo considera parte de la decoración, así que lo oculta. Se tarda unos 3 días en acostumbrarse a una fragancia. Así que si quieres seguir oliendo el perfume que llevas, paradójicamente, tienes que cambiarlo cada 2-3 días.
Piel que no retiene el perfume
Cada piel es única e interactúa de forma diferente con cada fragancia. Y algunas pieles no pueden retener el perfume: a veces se dice que la piel se bebe el perfume. En este caso, si le preguntas a alguien si puede oler tu perfume, no lo olerá. Por desgracia, no existe una solución milagrosa: la culpa no es del perfume ni de la piel, sino de la combinación. Para intentar mejorar la fijación, recuerda hidratar / nutrir tu piel, ya que una piel bien hidratada retiene mejor el perfume. Si existen, puedes combinar tu perfume con sus productos afines para el cuidado de la piel (jabones, aceites perfumados, geles de ducha, leches hidratantes, etc.) para intensificar el aroma. También puedes pulverizar la fragancia sobre la ropa. Esto puede alterar el desarrollo de la fragancia y resaltar las notas medias, pero hará que dure mucho más.
Perfume que no dura
Pero a veces, a pesar de tener la piel bien hidratada y cambiar de perfume con frecuencia, el perfume desaparece demasiado rápido. Esto puede ocurrir, y a menudo depende de los ingredientes utilizados. Algunas materias primas más volátiles, como los cítricos, no duran tanto en la piel. Esto explica por qué las aguas de colonia, por ejemplo, deben aplicarse con más frecuencia. El truco está en elegir una fragancia con notas de fondo más persistentes. Notas como la vainilla, el pachulí o el almizcle aportan longevidad a la fragancia. Ayudan a que las notas más frescas y volátiles duren todo el día.
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