¿Cómo cuidar mi piel sensible y reactiva?

Comment prendre soin de ma peau sensible et réactive ?

Cambios de temperatura, exposición al viento y al sol, uso de productos cosméticos inadecuados... La piel sensible tiende a reaccionar de forma exagerada a diversos factores cotidianos. Como resultado, a menudo muestra signos de enrojecimiento e incomodidad, como picor, tirantez o sobrecalentamiento. Requiere una atención especial.

Piel seca y piel sensible: ¿cuál es la diferencia?


Debido a su falta de lípidos y nutrición, la piel seca es aquella que se siente áspera y muestra otros signos de incomodidad de forma permanente.


A diferencia de la piel seca, la piel sensible es aquella que reacciona de forma exagerada a determinados factores, como el frío, el agua dura o el estrés. Se trata de una afección cutánea que puede aparecer ocasionalmente y no perdurar en el tiempo. Por ejemplo, algunas pieles pueden volverse sensibles con la llegada del invierno, pero no tanto el resto del año, y la piel seca puede ser sensible o no.


La piel sensible es, por tanto, una piel frágil que exige nuestra atención y requiere una respuesta adecuada.

Los 10 mandamientos para mimar la piel sensible


Para cuidar la piel sensible a diario y evitar molestias, hay que mimarla eligiendo la rutina de cuidado de la piel adecuada y adoptando algunos buenos hábitos:


1. Utiliza limpiadores y desmaquillantes suaves para evitar sobrecargar la piel, que puede enrojecer como consecuencia. 2. Elige una desmaquillante en aceite Es más adecuado porque su textura oleosa elimina todos los restos de maquillaje y otras impurezas, al tiempo que deja la piel suave y confortable. Como norma general, opta por productos desmaquillantes y limpiadores suaves y sin aclarado, como aceites, leches y agua micelar, que pueden aplicarse directamente con los dedos para reducir la fricción causada por el algodón.


2. ¿Quién no disfruta de una larga, caliente y reconfortante ducha en una tarde de invierno? Pero cuidado: el agua demasiado caliente puede dañar la película hidrolipídica de la piel, que la protege de las agresiones externas y le aporta confort. Cuidado con las rojeces y la tirantez. Así que opta por el agua tibia para preservar los lípidos de la piel.


3. La acumulación de cal en la piel después de la ducha también puede disminuir su confort y crear una sensación de tirantez. En el rostro, puedes utilizar un tónico suave como un loción tonificante o agua floral para eliminar los restos de cal. A continuación, aplica tus productos habituales para dejar la piel más suave.


4. Elige exfoliantes ecológicos sin granos en lugar de los que contienen partículas exfoliantes, que pueden resultar abrasivos para las pieles sensibles y provocar rojeces. Y no abuses de los exfoliantes, que pueden debilitar la barrera cutánea: ¡uno o dos exfoliantes a la semana como máximo!


5. Lo automático después de la exfoliación: aplicar una crema hidratante. mascarilla hidratante ¡! Utilízala una o dos veces por semana para reponer la hidratación de tu piel y prevenir la tirantez. El laboratorio NUXE ha formulado especialmente una crema 3 en 1, Crema Hidratante 48h, Leche Limpiadora, Mascarilla Reafirmante 100ml  48h para una piel sedienta.


6. Hidrata tu piel a diario para mantener sus reservas de hidratación, y elige una textura rica y cremosa para darle todo el confort y suavidad que necesita. Además de hidratarla, elige productos de cuidado de la piel adecuados para pieles sensibles para calmar las sensaciones de incomodidad, como la Crema de Día Ultraconfortante Rêve de miel o la Crème fraîche® de beauté formulado específicamente por nuestro laboratorio para pieles sensibles. Una buena hidratación de la piel también viene de dentro, así que beba 1,5 litros de agua al día y su piel se lo agradecerá.


7. Evita una higiene excesiva de la piel, ya que puede dañar los lípidos de la superficie cutánea y provocar molestias. Puedes, por ejemplo, limitarte a una limpieza con agua al día y aplicar un agua floral por la mañana para limpiar tu piel de las impurezas que hayan quedado de la noche, sin excederte con una limpieza profunda con agua.


8. Por lo general, las pieles sensibles tienden a enrojecer con más facilidad que otros tipos de piel, sobre todo en invierno, cuando bajan las temperaturas y se instala el frío. Para minimizar el impacto del frío en tu piel, procura evitar los cambios bruscos de temperatura.


9. Para evitar el sobrecalentamiento de tu piel, evita los materiales y prendas sintéticos como el poliéster o el acrílico, y opta por materiales suaves y flexibles como el algodón, el lino, la seda o el cáñamo por sus fibras finas y permeables al aire.


10. Por último, protege siempre tu piel del sol cuando estés al aire libre con un protector solar. FPS adecuado (10, 20, 30 o 50) en función de tu tipo de piel (fototipo claro, medio u oscuro) y del nivel de exposición al sol (baja, moderada o intensa).

En general, además de aplicar estos buenos hábitos, escucha a tu piel a diario para identificar los factores que provocan reacciones cutáneas excesivas y así poder evitarlos en la medida de lo posible, ¡y tu piel mejorará!

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